lunes, 7 de abril de 2014

La última sede de la República

La Generalitat inició hace tres años el expediente para declarar bien de interés cultural la finca de El Poblet en Petrer, que ha caído en el olvido.



Cuando se cumplen 75 años del final de la Guerra Civil, la última sede que tuvo el Gobierno de la II República, y donde pasó sus últimas horas antes de exiliarse su presidente Juan Negrín y se celebraron dos consejos de ministros, se cae a pedazos. La burocracia y el desinterés están sumergiendo en el olvido la finca de El Poblet, una casa solariega de campo en el término municipal de Petrer.


Ya han transcurrido seis años desde que se iniciaran los trámites para proteger y poner en valor este edificio. Varios colectivos presentaron en el registro de la consejería de Cultura una petición para que el conjunto histórico de El Poblet de Petrer, la última sede del Gobierno de la II República o Posición Yuste, fuera declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El pleno del Ayuntamiento de Petrer el 22 de septiembre de 2011 asumió por unanimidad como propia esa reivindicación. Ya hace tres años. El propio Gobierno, en una respuesta parlamentaria al diputado de IU Gaspar Llamazares mostró su “interés” para “colaborar con la Generalitat y el Ayuntamiento” para hacer accesible al público esta finca. Sin embargo, pasa el tiempo y no se mueve ni un papel, pese a que la petición iba acompañada de todos los documentos que exige la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano.


En 2008 el Centre d’Estudis Locals emprendió una campaña para proteger este edificio y hacerlo accesible al público. A propuesta de Esquerra Unida, el pleno del Ayuntamiento de Petrer elevó, por unanimidad, una petición formal al Consell para que aprobara la declaración de BIC, que garantizaría la protección y conservación de El Poblet con la tutela y el control de los poderes públicos.
Desde el gobierno municipal, el concejal de Cultura, José Miguel Payá, se defiende y asegura que este tema “no ha caído en el olvido, aunque es cierto que se está dilatando en el tiempo”. Según argumenta, hasta llegar al BIC, se deben aprobar categorías inferiores antes como la de Sitio Histórico y Bien de Relevancia Local. Este último sería el paso previo para la declaración de BIC. “Vamos a intentar que antes del verano se haga lo de Bien de Relevancia Local para dar fuerza a lo otro", dijo el concejal en rueda de prensa. El Ayuntamiento alega otro problema añadido: la familia propietaria de la finca se opone a que sea de uso y disfrute público.



Los partidos en la oposición instan al PP a poner en valor y en uso esta finca. Boni Navarro, del área de Memoria Histórica de Esquerra Unida, considera que precisamente “este año que se celebra el 75 aniversario del final de la Guerra Civil puede ser un buen momento para que las administraciones, local, provincial y autonómica aúnen esfuerzos y hagan realidad que El Poblet sea declarado BIC”.
En esta finca privada, que dispone de un palacete y un caserío con un cuidado jardín y una frondosa pinada visible desde la autovía de Madrid, se produjeron los hechos más trascendentes del ocaso de la II República y se tomaron importantes decisiones para el futuro de España. “Muchas de las reuniones y hechos que recogen los libros de historia sucedieron aquí”, asegura Boni Navarro refiriéndose a la celebración de las dos últimas sesiones del Consejo de Ministros de la República con los altos cargos militares, entre ellos el coronel Casado y los generales Miaja y Matallana; el momento en el que el Gobierno de la República tuvo que valorar la dimisión del presidente Manuel Azaña; el reconocimiento del golpe franquista por Francia y Gran Bretaña y el consiguiente cese del personal diplomático de las embajadas; la rebelión y huida de la flota en Cartagena; el golpe de Estado del coronel Casado y, por último, el exilio de Juan Negrín el día 6 de marzo de 1939, a través del cercano aeródromo de El Fondó de Monóvar.


Para el Área por la Recuperación de la Memoria Histórica, después de todo lo expuesto nadie puede seguir pensando que El Poblet carece de relevancia como lugar histórico y cultural, patrimonio y bien común de la memoria colectiva. La finca albergó también una colonia de niños republicanos, procedentes de Asturias y Madrid y un hospital de sangre.


“Hemos esperado a que el Gobierno del PP resolviera favorablemente el expediente de BIC, y hace ahora dos años que el Consell Valencià de Cultura emitió el informe preceptivo favorable a la solicitud, ya no tienen excusas”, argumenta Navarro, quien no alcanza a entender los motivos por los que la última sede del Gobierno de la II República está cayendo en el olvido y en el silencio.




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